sábado, 21 de febrero de 2009

Olimpiadas y política internacional, Primera parte

El espíritu olímpico se presenta como una luz hacia la unidad y tolerancia entre todos los pueblos de la tierra. En principio, la idea misma de las olimpiadas no es la competencia iracunda entre los Estados (que quede claro que no son las naciones las que participan sino los Estados), pero no ha sido posible, desde la primera olimpiada moderna en 1896, suspender, al menos durante los juegos olímpicos, las tensiones existentes entre los distintos países.
Atenas (y no Olimpia) fue la primera sede olímpica en 1896. Su condición de "cuna de la civilización Occidental" y -casi- lugar de origen de los juegos olímpicos le permitió gozar del privilegio de organizar la primera justa olímpica. 14 países acudieron a la cita (todos europeos, excepto Australia, Chile y Estados Unidos). Desde entonces, y pese a la idea de amistad e igualdad entre los Estados, las olimpiadas rebotaron de sede entre Europa y Estados Unidos (París 1900, San Luis 1904, Londres 1908 y Estocolmo 1912).
1916, en pleno de la primera guerra mundial, no vio olimpiada (aunque sí se cuenta como la sexta olimpiada con sede oficial en Berlín). ¿Por qué no podrían haberse organizado olimpiadas entre los países que no estuvieran en guerra? Jajaja: ¿cuántos eran? En efecto, todo el continente americano excepto EU, Canadá y Brasil... pero las condiciones internas de cada país hacían imposible realizar una olimpiada (imaginen a México, en plena Revolución -o a Paraguay, que para el caso es lo mismo- organizar una Olimpiada). Además, claro, los europeos y norteamericanos difícilmente habrían cedido su derecho a organizar y protagonizar las olimpiadas.
Y es así como en 1920 se recuperó la tradición (es el turno de Amberes, Bélgica). El periodo de entreguerra es una extensión más del Mundo eurocéntrico. Después de Amberes vendría París 1924 (en tan sólo 24 años una sede repetía; también fue la primera vez en que México participó), Amsterdam 1928 y Los Ángeles 1932. además, también en Francia y en 1924 fueron inauguradas las Olimpiadas de Invierno (Chamonix), que habrían de coincidir con el año de las Olimpiadas de verano hasta 1992. ¿Tranquilidad y Olimpiadas apolíticas? ¡Claro que no! Alemania no podía participar: la liga de Naciones había prohibido al comité olímpico tal cosa.después de la derrota punitiva que se le impuso en 1918 -aunque Austria sí participó. La URSS tampoco jugaba (Rusa zarista había participado en 1912). Además de Sudáfrica, y Egipto, ningún país africano existía (salvo Etiopía). Es cierto que tampoco era la exclusión total: junto con México, Ecuador, Uruguay e incluso Haití participaron en 1924 por la primera vez. También lo hicieron Filipinas y la India como comité olímpico independiente (aunque, claro, era parte de la corona británica).
Amsterdam 1928 no significó mayor problema: Alemania reingresó al club de invitados. En 1932 las Olimpiadas se trasladaron, de nuevo, a EU. Tocó el turno a Los Ángeles donde incluso menos países participaron a comparación de 1928. China hizo aparición en las olimpiadas, así como la España republicana. La URSS no se presentaba todavía y, aunque Italia fue la gran sorpresa, los Estados Unidos arrasaron por primera vez de forma tan apabullante en el medallero. Las olimpiadas postcrisis 29 fueron idóneas para Los Ángeles ya que sirvió de escaparate a la nueva y próspera industria cinematográfica.
Pero llegó 1936: La Alemania nazi organizó unas olimpiadas que el gobierno democrático le había heredado: En 1931 el Comité Olímpico Internacional había votado mayoritariamente por Berlín (y no por Barcelona, segunda candidata). Sin que fuese, inicialmente, objetivo del gobierno nazi, Hitler hizo de las olimpiadas el motor de un sistema propagandístico sin precedentes. Fue, quizá, la primera ocasión en que la política era tan evidente en las olimpiadas. Se trató de un país que enalteció las "ventajas" de la "raza" aria por encima de cualquier otro pueblo del mundo. Se le atribuye a Goebbels la siguiente frase: "German sport has only one task: to strengthen the character of the German people, imbuing it with the fighting spirit and steadfast camaraderie necessary in the struggle for its existence." El éxito deportivo se vio como un compromiso con la patria y, sobre todo, como un signo vital de superioridad sobre otros pueblos.
Curiosamente, la misma Barcelona (republicana) organizó el primer boicot olímpico (verán, en próximas entradas, que ha habido muchos), contando con 22 países dispuestos a participar en las "contra-olimpiadas" (La Guerra Civil echó al traste al proyecto y finalmente no hubo tal cosa como Olimpiadas alternativas). Fue la primera vez que la tecnología del cine fue incorporada de forma total a las justas deportivas. Los grandes trabajos de la cineasta Leni Riefenstahl (cuyo más famoso documental, Olympia, fué todo un manojo de innovaciones para el cine)* son considerados obras maestras (a pesar de su contubernio con el ideario nazi). Jesse Owens, atleta estadounidense, pasó a la historia como aquél negro al que Hitler se negó a reconocer como victorioso. Ganó cuatro medallas de oro, "humillando a la raza aria". El debate es interesante: ¿hasta qué punto se trató de una politización internacional de las diferencias entre el nazismo y las democracias occidentales (es decir, qué tan cierto es que Hitler y el demás Staff nazi se negó a saludar a Jesse)? ¿Fue ese incidente mucho más politizado y exagerado de lo que realmente fue? Quizá sí.
Vendría la Segunda Guerra mundial y dos olimpiadas anuladas. 1940 habría de ser en Tokio... pero, aún de haberse llevado a cabo durante la guerra, Occidente se negó a reconocer al gobierno militarista japonés como digno de organizar unas olimpiadas y fue Helsinki, capital de la reciente victoriosa Finlandia frente a la URSS, quién habría de organizar, de haber sido posible, las olimpiadas. En 1944 la guerra seguía y Londres, ciudad electa, habría de esperar hasta 1948.

*Agrego esta nota agradeciendo a Axel por la corrección y las precisiones que hizo con respecto a este fragmento del texto.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Los trabajos cinematográficos chidos y simpatizantes nazis del '36 no son de Gretel Bergmann, son de Leni Riefenstahl. El más famoso es el documental Olympia que fué todo un manojo de innovaciones para el cine, incluyendo nuevos tipos de lentes para hacer close-ups extremos, el uso de rieles para montar la cámara y seguir a los atletas en el estadio y tomas desde ángulos que antes no se habían experimentado (se considera de hecho una de las fuertes influencias para Sergio Leone).
Además, algunos ponen en duda el idealismo de Riefenstahl porque a pesar de que la película tiene mucha propaganda política, contiene también otras tomas que no van con la misma -como un close-up de la cara de Hitler cuando Owens ganó-.

Diego Marxías dijo...

Chale, pues gracias por la corrección. Y sí, qué tonto: una vez vi un documental de Leni Riefenstahl acerca del poderío militar nazi... en fin, gracias por la corrección, la agrego de inmediato!

Unknown dijo...

No hay pex, para eso estamos y nadie se awuita. Lo curioso fue el texto de comprobación que me salió, hasta un screenshot le saqué:
http://www.flickr.com/photos/haxel/3308770514/
PICALES!!!

El video "Stripped" de Rammstein (cover de Depeche Mode)incluye material de Riefenstahl:
http://www.youtube.com/watch?v=bbUej2HRKaY