viernes, 28 de agosto de 2009

Ayer pensé en algo muy divertido. Imaginé que había nacido en 1978 y no en 1988. Es un ejercicio bastante simple, pero lo interesante no era saber si eso habría implicado que mi vida fuera totalmente distinta, sino que, al contrario, iba a ser muy similar, pero una década antes.
Para empezar, mis papás habrían nacido en 1946. Eso significa que, en México, a mi papá le habría tocado ser más grande (y seguramente más consciente) durante el movimiento estudiantil de 1968. Y seguro estaría ahí en Tlatelolco... a no ser que, en la vida real, él pasó gran parte del año de 1978 en la sierra Oaxaqueña... así que ahí habría estado en 1968.
Luego seguí soñando despierto sobre lo que habrían hecho mis abuelos y mis padres si tan sólo hubiesen nacido diez años antes. La única condición es, claro, que las cosas importantes de la historia fueran exactamente las mismas, sólo que, al ser más grandes o más jóvenes, su percepción ante ellos habría sido distinta.
Luego pensé en mí. Nacer en 1978 implica que llegué a Guanajuato a principios de 1983. Me puedo imaginar haber ido a la prepa entre 1993 y 1996 y ver a la gente vestida con esa ropa plástica de nylon medio fea (como de la niñera). Me puedo imaginar ver el Mundial de 1994 con el mismo afán con el que seguí las olimpiadas de 2004, por ejemplo. O llegar al defe en 1996, cuando la ciudad estaba llena de vochos y el metro era idéntico al de ahora. Estudiar en el Colegio en 1996-2000, sin que medio salón tuviera una laptop enfrente de sí, sin que el primer acercamiento a alguien fuese "a ver, dame tu número de celular". Sin que llamara a mis padres tan frecuentemente (sería más caro, supongo) y que incluso les carteara de vez en cuando. Sin que pudiese ver en internet los juegos de la Champions que me pierdo por no tener tele con cable (qué horror), o enterarme de las noticias al segundo (seguro que si la influenza hubiese sido en 1999 yo ni me habría enterado -ya que ni prendo la tele- y habría ido como pendejo a la escuela al día siguiente).

Si una década ya implica muchas diferencias, podrán decirme que sería más emocionante pensar en 5 décadas atrás o dos siglos. Pero lo interesante del ejercicio era que, grosso modo, mis actividades podrían, a finales de los 90's, ser muy similares a las que de verdad tengo hoy día. Si me imagino a mí mismo en el siglo XIX es muy simple (marinero británico, anarquista polaco o cacique potosino), pero no puedo imaginarme que, en 1866 salí de la prepa de guanajuato, o que voté en las elecciones de Fox (tan sólo para evitar que ganara)...

Más bien, podrán darse cuenta de que, si estoy aburrido, pienso en puras babosadas.

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