martes, 11 de agosto de 2009

Sucede nuevamente y estoy casi solo

Una vez más estuve a punto de enfrascarme en una discusión que muchos consideran que he perdido de entrada. Es una discusión pesada, llena de argumentos poco verificables y con resultados bastante oscuros (si es que hay resultado alguno). Se trata, claro está, de una variante más de la discusión religiosa-gnóstica-deísta. Tal variante es la del ateo cuasi aferrado que discute sobre la imposibilidad científica de elaborar un argumento sobre la existencia de un dios cualquiera, no digamos simplemente asegurar o no su existencia.

Richard Dawkins, el "heredero de Darwin", un gran teórico de la evolución en los tiempos modernos sostiene tesis muy controvertidas -y muy convincentes- acerca de la inexistencia de cualquier cosa que los esquemas religiosos tradicionales y el deísmo de los individuos ha llamado dios o Dios. Uno de sus tantos argumentos estriba en la formulación misma de la pregunta sobre si existe o no un dios. Para los creyentes y para los teólogos, tal pregunta está, de entrada, mal formulada. El argumento principal es que no es una cuestión científica sino una de fe. Y para simular superioridad argumentativa (o paridad), insisten en afirmar que el ateo que, como yo, decide catalogar la pregunta sobre la existencia de un dios como una pregunta meramente científica, parte, a su vez, de un ejercicio de fe. Nada más discutible (y me encantaría decir falso, pero no lo hago mas que por respeto a ciertas posiciones religiosas).
el DRAE dice que Fe es, en la religión católica "la primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia". También es "Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o de algo". Esto implica, primero, que la fe sólo se entiende en términos religiosos (según la primera definición) o que su esencia depende de un grado de credibilidad, confianza o incluso aptitud que algo o alguien demuestre hacia el individuo que emite el juicio. Quizá esto parezca confuso, pero lo que quero concluir es que la fe en sí no es más que una herramienta única del ejercicio religioso o, en su defecto, una sensación de confianza que va más allá de cualquier postulado científico.
Y es que en estas discusiones me dicen "es que tú tienes tanta fe en la ciencia y en el progreso como un religioso tiene fe en su dios o en su religión". No me parece cierto, sino un argumento simplista. Yo no tengo fe en la ciencia o en el progreso (pese a lo que sugieran los ateos posmodernos) sino certeza: tengo, incluso, pruebas del potencial de la ciencia. Esas pruebas no son sólo para mí o para la construcción de un argumento optimista a futuro (como que la ciencia resolverá las preguntas existenciales que aquejan al ser humano): estas pruebas son, por ejemplo, el hecho de que la medicina es hoy día capaz de mantener la esperanza de vida en un nivel superior a los 70 años, mucho más de lo que podía esperarse hace algunas décadas. Otra prueba es la cura que se ha encontrado para enfermedades que, ayer, eran incurables. ¿Más pruebas? El hombre pisó la luna, sintetizó sustancias, construyó estructuras impresionantes, ha aprovechado energía de fuentes casi increíbles... No necesito "pruebas". La ciencia y sus efectos en el desarrollo tecnológico han tenido efectos TANGIBLES en la vida de los seres humanos y no es cuestión de fe o de una creencia. Si un ateo que se define como uno que ha superado la incertidumbre del agnósitco decide poner "a prueba" el conocimiento científico tiene todas las de ganar... pero igual podría ganar el creyente o el religioso: la ciencia es evidente a los ojos de todo mundo y sus progresos han beneficiado a ateos y creyentes por igual.

Suena muy lógico, pero es impresionante la dificultad que uno puede tener para construir un argumento coherente al respecto. A pesar de lo anterior, el ateo, a los ojos de los creyentes, no es más que otro individuo profesor de una fe. Sólo que esta fe es distinta a la religiosa y se define como la certeza irracional y sin pruebas del futuro progreso de la humanidad gracias a la ciencia. Y no es así. A mí me queda clarísimo que este desarrollo ha sido terriblemente desigual y que sus consecuencias pueden ser funestas para la humanidad y para la naturaleza. Pero, por el otro lado, me queda claro que hay un solo responsable y este es el ser humano: no sólo se trata de negar la existencia de un dios como un ente o una esencia que decide por voluntad propia los vericuetos de los caminos de la humanidad, sino negar la fe en tal "energía" superior a la que la mente humana puede conocer.
No. La racionalidad humana, producto únicamente de un proceso evolutivo muy complejo, es capaz de superar los obstáculos que a sí misma se impone bajo la idea de la fe. Como dije desde el principio, la fe es exclusivamente religiosa o metafórica. La racionalidad humana es exactamente la misma SIN la fe; y no sólo es la misma, sino que es incluso más libre de ataduras autoimpuestas (lo que implica, claro, que pueda causar desgracias -pregúntenle a Stalin el ateo- o maravillas científicas y culturales -pregúntenle a Einstein o a Dawkins los ateos).

Pero me desvié del punto. La cuestión acerca de la validez misma de preguntarse sobre la existencia de un dios sí es una pregunta científica que, con un método, puede formular una hipótesis verificable. Y, de hecho (y esto es algo que los religiosos no reconocen de forma muy cegada), la religión misma CREA hipótesis científicas (o pseudo científicas) sobre la existencia del dios que profesan. Hay preguntas que son claramente imposibles de contestar: ¿A qué sabe el odio? ¿A qué huele la esperanza? o ¿Es el azul que ve Cecilio del mismo tono que el que yo percibo? ¿cómo podemos verificar tal cosa? Ningún procedimiento científico de prueba y error podrá jamás contestar tales preguntas, ya sea porque su formulación es inválida en términos lógicos o porque refieren a una cuestión tan subjetiva que lo único que puede hacerse es una aproximación muy generalizada. La pregunta sobre si existe o no un Dios no es como las anteriores: ¿existe o no un unicornio? "Sí". Muy bien, dame una prueba (método científico). O "No, tengo tales y tales pruebas". Ahora. Hay quienes complican la pregunta y la subjetivizan. "¿Es tu dios como el mío? ¿Crees en los mismos preceptos cristianos/shintoístas que yo? ¿cómo los entiendes? Ajá, muy listos, ¿no? Pues no. Aunque esas preguntas parecen tan subjetivas que permitirían que cada individuo sea responsabe de su propia respuesta, ¿por qué hay, entonces, construcciones sociales llamadas religiones que dictan y organizan tales respuestas? ¿Cómo es posible que dos o más individuos puedan compartr argumentos religiosos o de fe en una discusión como en la que me enfrasqué hoy? Imposible, ¿verdad?

Bien. No soy un experto en lógica ni en formulación de argumentos. Pero sí quiero que quede claro que mi ateísmo no es una exageración irracional de ceguera y sordera a argumentos religiosos: mi ateísmo sí tiene bases consistentes: la pregunta es científica y se responde de forma científica, lo que evidencia que la primacía es científica y nunca religiosa.
Como ven he explicado la forma en que se puede construir un argumento lógico sobre el ateísmo. Y no he escrito, todavía, las razones por las que niego la existencia de dioses, "energías sobrenaturales", esencias y demás. Será para otra ocasión.
Sólo reafirmo lo anterior. Aquí no hay nada de fe. La fe se queda dentro de la argumentación religiosa y la mía es científica. La fe no sirve aquí (así como la evolución no le gusta a los creacionistas). Yo no tengo fe en lada (o quizá sólo en un sentido metafórico), no "creo" en la ciencia o en el progreso: yo sé que la ciencia existe y da respuestas que antes no se daban, ergo, progresa.

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