Pues bien. Aquellos individuos que pueden viajar con las menores restricciones de visado son los que muestran un pasaporte danés: del total de países, 157 NO les solicitan una visa. Los demás países europeos (bueno, del occidente de Euoropa) así como Canadá, Australia, Japón, Surcorea, Singapur, Nueva Zelanda y Estados Unidos (el "primer Mundo", vaya) siguen de cerca esta cifra, entrando con un simple pasaporte a más de 150 países en el globo. Los mexicanos podemos entrar a 114 países sin visa (es más de la mitad, al menos), los chinos a 33 y los afganos a 22 (siendo los que más visas requieren). La lista (parcial) está aquí.
Pero, además, quiero aprovechar para comentar algo acerca de la naturaleza y la importancia misma de las Visas. En primer lugar, se trata de un formalismo que permite a un Estado X saber qué ciudadano de otro Estado está interesado en entrar a su país sin haberlo hecho nunca antes. Esto es, la visa es un mecanismo de control previo al viaje del inidividuo y su llegada al país que se ha propuesto visitar. Esto significa que uno no agarra sus maletas y su pasaporte, compra un boleto para donde sea y se sube al avión: significa que el Estado que lo recibe quiere saber, con mucha anterioridad, qué se propone este individuo en su territorio.
Sin duda, la visa es una contradicción con el modelo neoliberal que impera en el Mundo de hoy: se supone que la libre circulación no sería exclusiva de capitales, bienes y servicios, sino que incluiría a las personas... Pues no, las personas no están incluídas en esta libre circulación (al menos que uno sea danés). Y, aunque podemos pensar que la falta de requisitos de visa coincide con los niveles de paz y seguridad de un país (así, los finlandeses tan pacíficos no necesitan visas porque en el resto del Mundo sabemos que son "gente buena"), sabemos de cierto que no es, en ningún caso, un elemento recíproco que muestre amistad entre dos Estados. Con esto me refiero a la disparidad que existe (sobre todo en los países ricos) en la libertad con la que sus ciudadanos viajan y las restricciones que ellos imponen a otros ciudadanos de otros países.
El caso de la frontera mexicano-estadounidense es muy claro: uno hace la fila durante horas, muestra visa, pasaporte y tarjeta de vacunación (casi) para que le dejen entrar (y aún así es posible que le nieguen el ingreso). En cambio, cuando uno cruza la frontera en el sentido inverso, pasa como si nada, apenas enseñando el pasaporte. Eso es igual en las relaciones de muchos países pobres con otros más ricos.... excepto en los casos de reciprocidad: Por ejemplo, el Congo (RDC), país paupérrimo, pide visas a TODO MUNDO. Y no es por temor a que los chechos hagan atentados terroristas, sino porque ellos mismos no tienen permitido entrar libremente a otros países. (y esto, a los europeos, les parece escandaloso).
Entonces, ¿qué esperamos en México para pedirle visa a los estadounidenses y para negársela a nuestros "hermanos" latinoamericanos? Recuerden ese episodio en el que Fox decidió que brasileños y ecuatorianos debían mostrar su visado en México... y pues recíprocamente ellos nos pidieron visa a nosotros. Es evidente que puede reconsidarse ello, sobre todo en países donde los flujos migratorios no son significativos (¿qué nos importa, de verdad, pedirle visa a los pakistaníes o a los brasileños?)
Si quieren saber quién necesita visa para ir a cuál país, vean el sitio de la SRE (siempre incompleto y mal actualizado) o este otro servicio que proporciona la aerolínea holandesa KLM.
1 comentario:
En el 2007 estuve recorriendo algunos países de Europa occidental con Luis Urquieta y de pronto nos dimos cuenta que teníamos un cupón de descuento para ir, desde Sicilia, hasta Tunez. Ya todos emocionados habíamos pensado que conoceríamos un país africano en nuestro viaje. Pero cuál. Necesitábamos visa para entrar. Chale.
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