martes, 17 de marzo de 2009

France à la C(h)arte (de l'OTAN)

"...se acabó la guerra fría; se suicidó la ideología..." Eso canta Sabina en alguna de su disco Mentiras Piadosas. Aunque no estoy a favor de la segunda parte, queda claro que la primera es innegable: Ya no hay dos superpotencias opuestas; ya no hay guerra fría; ya no hay (excesiva) propaganda ni (demasiado) control de regiones estratégicas como resultado del conflicto soviético-estadounidense.
Y si ya no hay guerra fría ya no hay Pacto de Varsovia... ajá... muy lógico. Pero, ¿porqué, entonces, persiste la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN-NATO)? Y no sólo persiste, se fortalece. En este breve texto haré mención de la nueva política exterior francesa que tiene entre sus prioridades la reintegración a la OTAN.

Resulta que como toda alianza estratégica militar, la OTAN tenía su razón de ser durante la guerra fría (aunque no por eso deberíamos justificar su existencia: toda alianza de corte específicamente militar es una amenaza constante a la paz, aún -o sobre todo- si la controlan las potencias occidentales). Creada en 1949, la OTAN tenía su cede original en París (y no en Bruselas, como ahora). Sus objetivos generales eran mantener una alianza político-militar en contra del bloque socialista. Era una alianza occidental y del mundo industralizado. A los estadounidenses les venía muy bien como organismo multilateral que pudiese dar luz verde a las batallas que se emprendían en el nombre de la democracia y la libertad en contra del comunismo. A Europa Occidental le caía de perlas porque le garantizaba la seguridad del paraguas nuclear estadounidense. En 1956 Moscú emprende la dirección del Pacto de Varsovia, organización del mundo socialista que se opondría a la OTAN, aunque nunca logró sus mismos niveles de poder militar.
En 1989-91, con la desaparición del comunismo (así le llamaban ellos aunque sabemos todos que no lo era) de Europa, el Pacto de Varsovia se desmanteló. Parece muy obvio y trivial, pero no lo es: La OTAN se justificó durante décadas asumiendo el rol de defensor de Occidente frente a las amenazas del Pacto de Varsovia. Sin éste, ¿qué argumento podía esgrimir la OTAN? su desmantelamiento era imperativo, pues, para garantizar la paz en Europa. Y sin embargo nunca desapareció. Al contrario, con la propaganda hecha en su favor, muy pronto las ex repúblicas soviéticas del Báltico y otras de Europa Central y de los Balcanes se adhirieron (o iniciaron sus procesos de adhesión). La OTAN, desde entonces, ha encontrado otros conflictos para justificar su existencia y su fortalecimiento: Bosnia, Yugoslavia, Kosovo, Congo y Ruanda (aunque no hicieron un carajo) y más recientemente, el terrorismo (con la ambiguedad que implica enfrentarse a tal cosa).
Pero me saltaba yo el punto del texto. Francia.
Resulta que en 1966 y bajo la dirección del atinado Charles de Gaulle, Francia se retiró de la OTAN para no verse sometida a la autoridad militar y política de Washington (el paraguas nuclear seguiría protegiéndola, no había modo de evitarlo). La decisión fue aplaudida por los círculos socialistas y nacionalistas franceses, pero también por un gran sector de la población de carácter centrista e incluso conservador, convencido de que Francia no necesitaba de parafernalias militares extranjeras para su defensa.
Sin embargo, Monsieur Sarkozy, en su hiperactividad característica y su acercamiento indiscriminado a Estados Unidos, ha renegociado con las fuerzas políticas de su país la re adhesión a la OTAN. Hoy lo logró. Con una mayoría significativa en el equivalente francés del congreso, el plan de Sarkozy de reintegrarse a tal organización venció a la oposición, que teme, con justa razón, un retroceso en la idependencia relativa que Francia gozaba en su política exterior. (Sarkozy debatiendo sobre el reingreso a la OTAN. El irreverente aparece delante de un retrato de Charles de Gaulle)

Es cierto que no es cosa nueva: Francia participa, desde 2001, en la misión conjunta de Afganistán. Hoy, 3,000 soldados franceses están allá. Además, en el total de operaciones de la NATO, Francia es de los cinco países que más participa, pese a hacerlo como externo y no como miembro oficial. La oposición está preocupada: "¿Habría sido la posición francesa frente a la invasión a Irak de 2003 la misma de haber formado parte de la OTAN?" la pregunta es buena: ¿qué límites y restricciones impone la OTAN a la política exterior de sus miembros y a qué la obliga? No es necesario el alineamiento incondicional con Estados Unidos (Holanda, Alemania, Bélgica y muchos otros tampoco apoyaron la invasión a Irak y están en OTAN). Pero Francia es un país grande y su apoyo será muy importante para EU.
El caso es, pues, que Sarkozy ha logrado su cometido. Francia, muy posiblemente, se reintegrará a la NATO y participará activamente en ella. A mí me molesta de sobre manera: Francia es un país traicionero, cierto, pero con una sociedad firme. Hoy día, y sin ser consultada, se ve como participante de una organización que no tiene razón de ser y que nunca ha tenido justificación alguna. ¿Cómo creer que una organización militar puede garantizar la paz en este Mundo? Al parecer, nos empeñamos en no aprender la vieja lección: violencia llama a violencia; ejércitos llamarán a otros. Si la OTAN persiste como organismo militar, podemos estar seguros de estar muy lejos de la resolución de los conflictos más graves que hoy día preocupan al Mundo.

2 comentarios:

Des dijo...

pero, quién dijo que la toma decisiones no dependeía de los individuos... la imagen 1 de Watlz se sigue mostrando día con día en este mundo... probablemente, sería interesante una carrea conjunta de Relaciones Internacional - Sicología

Aquiles Digo, antes Jordy dijo...

No había leído esta entrada. Sorprendente la claridad del argumento y el hilo conductor. Leyendo textos como el tuyo pienso que la revista debe ampliar sus horizontes e incluir temas de todo tipo y de cualquier región del mundo.

Bueno, ¿pues qué más? Pues nada, gracias por el artículo de Funes y por el apoyo.