martes, 23 de junio de 2009

(des)velado

Los símbolos religiosos forman parte de nuestra vida, incluso en la más secular de las sociedades, en el más laico de los Estados. Y, sin embargo, las implicaciones que de ello surgen son confusas. Hay, por supuesto, enorme aceptación a los símbolos religiosos de la religión mayoritaria en una u otra sociedad, lo que, a su vez, evidencia la intolerancia que existe con respecto a las manifestaciones religiosas de las minorías. La más laica de las retóricas puede tener dos variantes. Por un lado, aceptar que la sociedad en cuestión tiene, en su mayoría, una única manifestación religiosa (por ejemplo, en México sería el catolicismo) y que el Estado acepta como convencionales una serie de normas y dinámicas sociales que se desprenden de tal religión --parece escandaloso pero eso es lo que de verdad sucede: los símbolos y las prácticas religiosas inundan nuestra vida diaria, seamos practicantes o no (y piensen en la importancia de la semana santa como periodo vacacional obligatorio). La segunda retórica puede ser un tanto más agresiva y, en términos generales, negacionista: "No, la religión no tiene cabida en nuestras dinámicas sociales y no se discute más. Somos una sociedad laica y orgullosa de serlo y no queremos que la gente se pavonee con sus imágenes religiosas. El secularismo es parte fundamental de la estructura política y social del estado". La posición es sugerente y, en muchos aspectos, correcta (me atrevo a normativizar). Por supuesto que las identidades religiosas deben quedar fuera del panorama político; que iglesia(s) y estado son incompatibles; que educación científica y secular es, por mucho, más adecuada que una sesgada y religiosa. Todo eso resulta evidente cuando hablamos de cosas tan abstractas como la colectividad. Pero, ¿qué hay del individuo?

El título del post hace referencia, en particular, a la "individua", a la mujer musulmana. Más en particular, hace referencia a los escándalos y debates sociales y políticos que en Europa Occidental se han levantado en torno a la libertad de las mujeres musulmanas de usar un velo (o una burka o algo todavía más "denigrante").
Ahí donde mi posición personal es firme es en el punto en el que se asume que el uso del velo por parte de una mujer es el resultado de la imposición cultural de una sociedad machista y que no deja arbitrio alguno a las mujeres. Siendo más moderados, debemos admitir que como parte misma del convencimiento de la vida religiosa, hay mujeres que de propia voluntad usan el velo. El debate en estos países de Europa, por supuesto, intenta definir cuál es la esfera pública y cuál es la privada en relación al uso del velo.
Aunque el debate es largo y lleva años desenvolviéndose, quisiera citar un ejemplo muy reciente. En Bélgica, particularmente en la región de Bruselas, Mahinur Ozdemir, mujer de origen turco, fue elegida como diputada mediante su partido cristiano-demócrata francófono (CDH-IDH). Sí, el partido es cristiano, pero ella es musulmana. Y como tal, ayer tomo protesta ante el parlamento de Bruselas y anunció que no se quitará el velo --que por cierto admite usar por voluntad propia desde los 14 años-- durante los 5 años que durará su periodo parlamentario. El parlamento le aplaudió (claro, no necesariamente por esa declaración).
Lo que se discute, una vez más, es dónde empieza lo público y dónde termina lo privado. Si la señora Ozmir quiere usar su velo en casa (algunos dirán), tiene todo su derecho. Incluso podrá usarlo en las calles, en las tiendas y en los cines y teatros. Pero cuando se trata de instituciones que son el paradigma de la laicidad de nuestra sociedad (y el caso más notorio es el francés), entonces esta mujer no debería usarlo (esas instituciones son las escuelas, los órganos de la administración pública y del gobierno, las instituciones de seguridad social, en fin). ¿Tienen razón? Sí y no. El debate es legítimo, no lo negaré, porque pone énfasis en uno de los principios con los cuales se construyeron los estados europeos modernos, el secularismo laico. Y sin embargo, en la práctica se ha manifestado como un debate muy sesgado. ¿Por qué los franceses han insistido tanto en prohibir el velo en las escuelas pero no hacen lo mismo con los judíos que siguen llevando sus caireles, sus sombreros ridículos o sus barbas caracterísitcas? ¿Por qué no dicen nada contra el cristiano promedio que lleva un escapulario o una simple cruz al rededor de su cuello y que dice cosas como "oh, por dios" o "dios mío"?. Ahí el debate ha sido incompleto e injusto.

Desde mi punto de vista (y conste que lo dice un ateo), no hay problema alguno en que una mujer, POR VOLUNTAD PROPIA use el velo en los espacios públicos (aunque los posmodernos y los sicólogos me dirán que eso es muy subjetivo y que las cadenas de la religión y de la sociedad son invisibles pero inquebrantables... y quizá tengan razón). Claro, la disyuntiva es que si acepto el uso del velo, me podrán decir ustedes, tengo que aceptar el uso de la burka afgana (que cubre todo) o del luto eterno de los católicos extremistas (mujeres que visten de negro por el resto de su vida). Incluso algunos dirán,y no se equivocarán, que defiendo que una mujer use un velo sencillo y en el que se adivine apenas el color de su cabello, pero que resalte todo su rostro, porque me parece atractiva.
Por lo visto, la argumentación es difícil. Pero no niego, en la sencillez del velo, la representación inofensiva de un símbolo religioso (igual que los caireles judíos o las cruces cristianas). Sé que hay grados (insisto en las burkas) y sé que hay muchas ocasiones en las que la mujer no es realmente quien decide, sino que sus prácticas son resultado de una imposición.
Pero diré que la mujer musulmana de clase media, no sólo en Europa sino tambien en Egipto, Líbano, Túnez o tantos más, en ocasiones sí es libre de elegir. Y si elige no usar velo, qué bueno. si decide usarlo, qué bueno. El punto, claro está, radica en la tolerancia y la libertad, no en la religión per sé o en la práctica religiosa.

viernes, 19 de junio de 2009

¡A las calles!

Es hermoso salir a las calles, reclamar, manifestarse, correr, gritar, reír... Cuando salen los policías la adrenalina se dispara y las emociones crecen, pero no necesariamente acaba bien la cosa: de hecho, casi siempre acaba mal.

Sin pretender hacer análisis alguno sobre lo que ha estado sucediendo en Irán en los últimos días (quizá lo haré en otra ocasión), tan sólo quiero manifestar mi solidaridad con los jóvenes en las calles y mi repudio al gobierno clerical de Khatami, Ahmadineyad y compañía.
Resulta ser que los ánimos de democracia, libertad y justicia han sido los motores más importantes de los manifestantes en Teherán, en su mayoría individuos que votaron por Mussavi, pero básicamente cualquier demócrata en Irán. Animarse a salir a las calles y gritar es bastante heroico, sobre todo en un país como Irán donde las libertades civiles no son necesariamente el pan de todos los días. Y la policía está ahí. dispara, disuelve, ataca, tortura y arresta. Y los manifestantes siguen ahí. Gritan, corren, se plantan, dignifican su lucha.
No importa que sean socialdemócratas, demócratas liberales, demócratas islámicos, demócratas conservadores, demócratas socialistas... importa que son demócratas y eso cuenta para mucho. No es la democracia gringa o europea la que desean (Obama, aunque ha dado ciertos mensajes de amistad, se ha visto lento en tomar una posición clara con respecto a la situación actual), sino una democracia nacional, sui generis, iraní. Recuerdan a Mossadeq y a los demócratas que, ilusoriamente, apoyaron a Khatami para derrocar al Sha.

Siendo así, vitoreo hurras para los camaradas en Irán que se manifiestan por el muy posiblemente trucado resultado electoral. Cierto, Irán no se hunde en la miseria (y seguramente el nivel medio de vida ha aumentado en los últimos años) y las calles de Teherán podrán rivalizar con las de Barcelona o Buenos Aires. Pero no deja de ser impresionante que un país donde las libertades políticas y civiles no son respetadas la gente salga a reclamarlas con tanta fuerza y decisión. Es una lección para la mediocre sociedad mexicana, quizá más libre que la iraní, pero sobre todo más apática, aferrada a conservadurismo idiotas y politiquerías insensatas e incapaz de movilizarse con firmezaen contra de sus autoridades (aunque la movilización poselectoral de 2006 es un ejemplo de que sí podemos, nomás que casi nunca queremos, y la bola de conservadores y liberales critican tales movilizaciones como populistas y que "impiden el libre tránsito").

jueves, 11 de junio de 2009

¿Y Europa?

UE 27, más de 370 millones de potenciales electores, y sin embargo, cuando los ciudadanos de la Unión Europea tienen la posibilidad de elegir a su Parlamento interregional, suelen mostrar un interés inferior incluso a la política ambiental de Buthán. Lo grave no es que el Parlamento Europeo no sea la institución que cree interés entre la población europea (este parlamento, de 736 curules, es poco relevante en el desempeño global de la UE, aunque la posible ratificación por los irlandeses del Tratado de Lisboa aumentaría sus prerrogativas). Lo grave es que, en general, la UE parece estar muy lejos de sus ciudadanos. Más allá de Schengen y quizá de la facilidad para vivir en uno u otro país de la Unión, los europeos de a pie no están tan bien informados acerca de la relevancia que sobre sus vidas tienen las directivas de la UE.
Entre el pasado 4 y 7 de junio, sólo un 43% de los empadronados en los 27 países de la UE fueron a votar por su parlamento. El nivel de participación ha disminuido cada elección, por lo que este año la participación es un récord a la baja. Sólo en países como Luxemburgo o Bélgica, donde el voto es obligatorio e incumplirlo tiene consecuencias poco divertidas, la participación superó el 90%.
Lo que cuestiono y critico con respecto a estas elecciones son dos cosas. En primer lugar, que los mismos políticos nacionales no están actuando conforme a lo que implica organizar un Parlamento Europeo. La segunda es que ganó la derecha (y eso es parte de mis rollos de siempre).
Pues bien. Después de una crisis sin precedentes y de una desconfianza en la UE y su futuro después de las barbaridades que el Tratado de Lisboa ha propuesto, los ciudadanos están cada vez más distantes de las instituciones europeas. El mercado interno y la movilidad individual (mientras más al Oeste mejor) son situaciones evidentes y positivas, pero, más allá, la Unión Europea no está presente. Los partidos locales, miembros de coaliciones más o menos concretas (pero bastante erráticas en ocasiones), hicieron campañas nacionales, y no porque en algunos países coincidieran estas elecciones con las regionales/municipales (Italia, Bélgica), sino porque, evidentemente, las preocupaciones del electorado están más relacionadas con los problemas nacionales que las aspiraciones europeas. Al comportarse como en las elecciones meramente nacionales, los partidos políticos no fueron capaces de plantear propuestas claves acerca del futuro de la UE. En cambio, la incertidumbre es cada vez mayor.

Y claro, ganó la derecha. Barroso, el ex-primer ministro portugués, posiblemente conservará el liderato, ya que el grupo de derecha, el Partido Popular Europeo, ganó incluso con un mayor margen que las elecciones pasadas. Este grupo parlamentario agrupa tanto a lacras como el PP español y los partidos Berlusconianos, como a partidos más o menos moderados (aunque no por eso tirados a la derecha) como el democristiano alemán. Con 264 escaños, los derechistas consiguieron 36% del total, y eso les permitirá hacer de las suyas con cierto margen de maniobra. Su oposición más clara en otras ocasiones, el Grupo Socialista Europeo (de socialista tienen el nombre; dejémoslo en Socialdemócratas), perdió casi 6 puntos porcentuales, quedándose en 22% y sólo 161 escaños. Los laboristas británicos, los socialistas franceses y alemanes sufrieron derrotas espelusnantes. En Francia se hizo evidente su desintegración crónica y en el Reino Unido su incapacidad para afrontar la crisis. Los socialistas belgas, por ejemplo, conservaron su posición en el Sur francófono (vieja zona industrial en la cuenca del Mosa), pero demostraron que son incapaces de tener una posición más o menos clara en Flandres. Incluso en países donde han tenido una presencia más o menos histórica, como Dinamarca o Portugal, se vieron en problemas para mantener el liderato. Las alternativas a ambos grupos políticos son muchas pero no siempre suficientemente fuertes. Está la alianza de liberales, un grupo derechista que a veces se radicaliza y otras se modera, lo cual es muy ambiguo; un grupo parlamentario de izquierda que agrupa a socialistas, anticapitalistas y eurocomunistas (pero siempre pro-UE); un grupo de partidos ecologistas (la gran sorpresa positiva, porque los verdes allá no son como los de acá); un grupo de euroescépticos y nacionalistas neo fascistas (Lega Nord, Vlaams Belang, FDP); y, claro, los que son claramente antieuropeos como el Independent UK Party.
Sólo verdes y euroescépticos obtuvieron más escaños que antes. Los que más calleron fueron los socialdemócratas.
Les recomiendo este sitio para ver a detalle los resultados http://www.europarl.europa.eu/elections2009/default.htm

En Bélgica hubo elecciones regionales además de las europeas. Por ejemplo, los partidos políticos de derecha arrasaron en Flandres: Los liberales, los democristianos y los conservadores dominan a voluntad la región. En Valonia el PS, pese a escándalos de corrupción que lo han agobiado en los últimos años, logró mantener el liderato minoritario, lo que le obliga a formar coalición. Lo lógico sería unirse con los ecologistas, quienes obtivuieron un resultado sorprendente (un 17%), y quizá los democristianos nomás para asegurar. Los liberales fuera, Valonia podría volver a respirar. Lo único rescatable de la jornada electoral fue la baja que sufrió la extrema derecha.

En Francia el fenómeno fue más bien interesante. Los partidos de izquierda, como la Unión Anticapitalista y la Alianza de Izquierda, obtuvieron resultados respetables para tratarse del siglo XXI. El PS sufrió un descalabro sólo superado por los tibios del centro de Bayrou. Sarkozy y sus hordas recuperaron confianza al posicionarse como mejor fuerza política, y, una vez más, lo impresionante fue el ascenso del partido ecologista.

En suma, Europa no sólo llama menos la atención a causa de un entramado institucional complicado y alejado del ciudadano de a pie, sino que sus elecciones difícilmente logran una plataforma que realmente represente los intereses de los europeos, y esto por el mínimo nivel de participación y por la victoria de partidos que basan sus campañas en cuestiones nacionales-inmediatas y no necesariamente en proyectos de integración europea... y, los pocos que votan, votan a la derecha.

Distribution des sièges par groupe politique et État membre (7e législature – 2009-2014)

Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
PPE-DE
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
PSE
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
ADLE

UEN
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
Verts/ALE
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
GUE/NGL
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
Non
Inscrits
Total
BelgiqueBelgique

6

5

5

0

3

0

0

3

22

BulgarieBulgarie

6

4

5

0

0

0

0

2

17

République tchèqueRépublique tchèque

2

7

0

0

0

4

0

9

22

DanemarkDanemark

1

4

3

2

2

1

0

0

13

AllemagneAllemagne

42

23

12

0

14

8

0

0

99

EstonieEstonie

1

1

3

0

0

0

0

1

6

IrlandeIrlande

4

3

1

3

0

0

0

1

12

GrèceGrèce

8

8

0

0

1

3

2

0

22

EspagneEspagne

23

21

2

0

2

1

0

1

50

FranceFrance

29

14

6

0

14

4

1

4

72

ItalieItalie

35

0

7

9

0

0

0

21

72

ChypreChypre

2

1

0

0

0

2

0

1

6

LettonieLettonie

1

0

1

3

1

0

0

2

8

LituanieLituanie

4

3

2

2

0

0

0

1

12

LuxembourgLuxembourg

3

1

1

0

1

0

0

0

6

HongrieHongrie

15

4

0

0

0

0

0

3

22

MalteMalte

2

3

0

0

0

0

0

0

5

Pays-BasPays-Bas

5

3

6

0

3

2

2

4

25

AutricheAutriche

6

5

0

0

1

0

0

5

17

PolognePologne

28

7

0

15

0

0

0

0

50

PortugalPortugal

10

7

0

0

0

5

0

0

22

RoumanieRoumanie

13

11

5

0

1

0

0

3

33

SlovénieSlovénie

3

2

2

0

0

0

0

0

7

SlovaquieSlovaquie

6

5

0

1

0

0

0

1

13

FinlandeFinlande

4

2

4

0

2

0

0

1

13

SuèdeSuède

5

5

4

0

2

1

0

1

18

Royaume-UniRoyaume Uni

0

13

11

0

5

1

13

29

72

Total
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
264
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
162
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
80

35
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
52
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
32
Parti européen des libéraux démocrates et réformateurs
18
NI

93
Total

736

Source : TNS opinion en collaboration avec le Parlement européen




domingo, 7 de junio de 2009

Anula, bronquea o escoge, pero vota

NO soy, ni por error, el primero que se pronuncia por que este 5 de julio todo mundo acuda a las urnas. Tampoco soy el primero que defiende una posición de voto bronca (que no es necesariamente lo mismo que voto nulo), pero, sobre todo, no soy el primero en estar más confundido que nada ante el panorama político mexicano. Ya decía yo por aquí que no estaba convencido con ninguno de los partidos políticos que pululan en México y que mi voto sería, en principio, crítico.
Después de casi tres meses las cosas no han cambiado mucho, excepto por una cosa: se ha fortalecido una campaña -una contra campaña - que pugna por el voto en blanco, el voto nulo, voto de protesta. Siempre ha sido un recurso de nuestro sistema electoral. Cantinflas y Batman han ganado más elecciones que casi cualquier partido político en el Congreso. Pero lo particular es que esta vez se ha hecho un esfuerzo mediático y publicitario para convencer a la gente de que hay que votar nulo para que, por fin, los políticos reaccionen y cambien su forma tan cochina de hacer las cosas.

Aunque estoy de acuerdo con la idea de anular y bronquear el voto (el voto bronca se lo debemos a los argentinos. En repetidas ocasiones han votado con textos críticos en vez de crucecitas sobre los logotipos, por lo que el voto se diferencia del simple voto en blanco o anulado con un "putos"), no necesariamente comparto los argumentos que ha enarbolado esta campaña.
En primer lugar y como dice Woldenberg, cuando la sociedad tacha de incompetentes a todos los políticos no puede evitar también tacharlos de malos (en un sentido muy maniqueo, no sólo práctico) y, entonces, erguirse como la sociedad pura, consciente, políticamente correcta y capaz de solucionar las cosas. En muchos casos podría decir que nuestra sociedad es igual de pendeja que nuestros políticos (en otros casos no), pero no se trata aquí de dar ejemplos.
En segundo lugar, poner a todos los partidos políticos en la misma canasta diciendo que son todos los mismos impide ver las diferencias que hay entre ellos (aunque parezca raro, las hay). En términos ideológicos muchos han apostado por socorrrerse con el "fin de la historia" y han olvidado que los partidos políticos deben representar una posición ideológica. Y, sin embargo, en la práctica todavía hay ciertas cosas que muestran los distintos enfoques con los que los partidos abordan ciertos temas. Por ejemplo, no veo cómo otro partido que el PRD y su ala más o menos razonable en el DF pudiera elaborar y votar por una ley que despenalice el aborto o legalice las sociedades en convivencia (no me digan que Coahuila porque ahí es donde quieren emepezar con la pena de muerte). No será el PAN (vean las barbaridades que deciden en JAL, GTO, QRO), no será el PRI (tan "pragmático" que se le olvida que hay cosas importantes que hacer) y difícilmente será un partido pequeño, ya sea porque tienen otras prioridades (pena de muerte o mariguana), o porque de plano no tienen idea de cómo hacerle. El caso es que sí pueden encontrarse diferencias que acomoden a la inclinación político-ideológica de los ciudadanos, aunque sea poquito.
El tercer argumento, del que peco de ingenuidad, es que los políticos se darán cuenta del descontento popular y harán lo posible por cambiar, ya sea sus plataformas políticas, sus candidatos o su forma de hacer política. Es, lo sé, risible.

Esos son, grosso modo, los argumentos con los que discrepo. Y sin embargo sí pienso anular al menos 2 de 3 votos (no es campaña de Nueva Alianza, lo prometo). Desde el punto de vista práctico-legal, anular no tiene efecto alguno. Como decía Araujo en la jornada hace unos días, el sistema electoral mexicano no contempla ningún efecto político o legal en función de los votos nulos; de entrada, no hace la diferencia entre los votos anulados por error o los que prefirieron poner "Superman" o "pendejos todos" de los que critiquen breve y mordazmente a nuestra clase política. Siendo así, las elecciones se llevarán a cabo aún si 99% de los votos son nulos: los partidos políticos lograrán tener sus escaños o sus municipios y se acabó. En ese sentido (otra vez Woldenberg), vale la pena ir a votar "aunque sea resignado", por que de otro modo la elección la harán otros y no uno mismo.
Entonces, ¿votaré por alguien?

No. Sigo pensando que no tengo por qué hincarme ante la clase política y ofrecerles un voto nomás porque es lo único que me queda como ciudadano. Sigo firme en mi posición de que el voto no es más que una de tantas formas de participar en política o en la toma de decisiones (y, aceptémoslo, ninguna es tan inútil como el voto), por lo que al anularlo sí cumplo mi deber ciudadano y, al menos en mi caso, me comprometo a buscar las otras vías (igual de oscuras que el voto) para participar. Los partidos políticos no me convencen, punto. La derecha es, como en todos lados, una aberración. Nuestro centro es tibio y pendejo como en cualquier otro país. Nuestra izquierda es corrupta y tribal. La verdadera izquierda, semi-reformista y semi-radical, no pinta en nuestro panorama político. El PT, con su discurso de izquierda, no deja de ser una creación salinista para restarle votos a la otra izquierda (al bloody PRD); Convergencia es un parásito ideológico que se cuelga de lo que PT y PRD digan; el PSD responde a los intereses de esta clase media-alta alternativa que, en el fondo, no tiene nada de qué preocuparse y copia un ideario europeo de socialdemocracia que, en México, no incluye los puntos centrales: solidaridad social nacional y Estado fuerte, presente, activo y redistributivo (no mariguano abortista).
Yo anularé dos de tres votos (si se mueren de ganas por saber cuál es el que no anularé, se los platico: el PT para diputado federal porque los líderes de la lista plurinominal de mi circunscripción me caen bien) y no creo que esté faltando a mi responsabilidad como ciudadano... quizá sólo estoy dejando que el PRI, el PAN o el PRD ganen las malditas elecciones (aquí será el PRD), pero al menos no me estoy arrodillando ante el mugre sistema electoral que no contempla segundas vueltas, anulación en caso de votos bronca, reelección legislativa...

Les dejo este pequeño video que me enviaron hace un par de días
http://www.youtube.com/watch?v=qp5b-ckI9WI