En principio, nada. A no ser que todos son países "en vías de industrialización", pobres no tan pobres y ricos muy pobres, estos tres países no parecen tener gran cosa en común. Tailandia y Turquía nunca fueron colonizados por alguna potencia exterior (Turquía era una potencia "exterior" para palestinos, sirios, egipcios y armenios); México, sí. México y Turquía son repúblicas laicas; Tailanda es una monarquía con un conjunto de leyes de leza majestad bastante cuestionables. Claro, todos estos países son miembros del mundo globalizado, de los intercambios comerciales y financieros cotidianos, de la ONU, de la FIFA... hoy día todos los países del Mundo, desde Bulgaria hasta Buthán, tienen algo en común.
Ese no es el punto. Quisiera que habláramos un poco de las poblaciones urbanas en el Mundo. No importa qué tanto tengan en común países como estos en términos nacionales o políticos. Lo que me importa es lo que tienen en común algunos de los sectores de su población que intentaré caracterizar como clases medias mundiales. Me explico. Para algunas instituciones financieras internacionales un sujeto o una familia corresponden a la clase media nacional cuando pueden destinar más de una tercera parte de su ingreso a actividades y consumos que trascienden las necesidades básicas de alimento, techo y vestido. Es una definición muy burda y simplista, pero es la que se utiliza para medir los avances o retrocesos en materia de combate a la pobreza entre estos círculos institucionales del capitalismo liberal moderno. Como podrán haberlo pensado, esto no tiene mucha comparación entre países. El nivel de ingreso y el costo de la vida en Gran Bretaña implica que alguien que sea clase media nacional (con un ingreso 33% más alto de lo que necesita para su sustento básico) sea mucho más rico en términos del costo de la vida en Mozambique. El caso es que son definiciones poco claras y poco útiles para comparar niveles de riqueza, consumo, ingreso y bienestar entre países.
Por su parte, las clases medias mundiales son aquellas que empatan sus modos de vida con los de otras clases medias mundiales. Se trata de individuos y familias que comparten ciertos patrones de consumo, de ocio, educación, de trabajo y de desarrollo integral. Difícilmente son considerados clases medias en los países más pobres del Mundo: imaginen Lesotho, un país paupérrimo del Sur de África en el que aquéllos que buscan niveles de vida similares a los de la media europea necesitan no sólo de grandes ingresos sino de posiciones laborales/sociales mucho más elevadas (son políticos o empresarios, por ejemplo), lo cual implica que, en la descripción de clase media como pequeña burguesía, estos sectores no caben.
En países de ingreso medio como los tres del título estas clases medias pueden seguir siéndolo pero sí gozan de un ingreso mucho mayor al de la media nacional. En términos nacionales (por ejemplo, en México), estos sectores son las "clases medias altas". Se trata de personas con facilidades tales como viajes, casa y carro, educación universitaria, empleo estable (profesiones liberales o en universidades, gobierno, empresas bien enraizadas) y que participan en actividades sociales, políticas y económicas que en ocasiones pueden ser semejantes a las de las clases altas o al de otras clases medias. Por un lado, conciertos, vacaciones en Cancún, o en Europa, librerías fresas de Quevedo, carros europeos (calma, pueden ser "baratos" como los franceses), vinos, parmesano y aceite de oliva en la mesa. Por el otro, sus familias pueden ser todavía más tradicionales, de la Escandón o de Portales, de Colima o de Hidalgo, puede ser que todavía compren en mercados de barrio, que asistan a mítines políticos de "la chusma" o que viajen a Ixtapa, Oaxtepec o Morelia. Como es obvio mis ejemplos son mexicanos porque no sé dónde vacacionen los intelectuales de Istambul o de Bangok, sólo asumo que pueden ser patrones similares por los niveles de ingreso y de desarrollo (wathever it means) que estos países comparten.
En los países ricos queda clara su condición de clases medias (desde bajas hasta altas). Los jóvenes son mochileros, juegan videojuegos, hacen voluntariado, se enrolan en las filas de las transnacionales; los grandes trabajan en ONG's, Bancos, Universidades, gobiernos, empresas... En los países ricos los ricos son muy ricos (imaginen la escena típica de la aristocracia británica en Gloucestershire, monóculo, tenis y caballos) y muy evidentes; los pobres son los que se confunden, en ocasiones, con las clases medias (y si comparáramos sus niveles de ingreso con los de países como México o Turquía, entonces sí serían clases medias).
En suma, estas clases medias mundiales están mucho más relacionadas entre si que con otras clases de sus propias sociedades locales. Pese a que sus integrantes pueden ser muy distintos en términos de gustos, intereses, ideas, posición política, consumo, ocio, educación y perspectivas del futuro, por lo general una chava de la clase media mundial de Bucarest que va a la universidad y ha viajado un par de veces a Alemania o Italia puede, sin problemas, relacionarse con un chavo de Buenos Aires que haga más o menos lo mismo. Los medios de comunicación son similares, los temas de conversación surgen sin mayor problema. En general se trata de gente con gran facilidad para entablar relaciones y contactos, con cierta avidez de descubrir y conocer algo nuevo. Ese algo, mientras más mundial, más interesante. Ya hablaba yo de la mundialidad globalifóbica y de la relevacia que tiene el contacto globalizado entre individuos para criticar las perversidades de esa globalización.
Entonces, ¿qué tienen en común un mexicano, un tailandés y un turco? Pues depende. Si se trata de sujetos urbanos de clase media mundial, tienen muchísimo en común. Actividades, intereses, facilidad para opinar, para formarse un criterio y entablar contactos y relaciones. Si se trata de sujetos de la clase alta, empresarial y política, no me extrañaría que fueran altaneros, soberbios y consumistas sin escrúpulos. Si fueran campesinos, obreros o, en general, clases bajas urbanas, difícilmente tendrían algo en común (además de su miseria y sus precarios niveles de vida): difícilmente han tenido contactos con gente de otros países y de otros medios, difícilemente podrían ellos mismos viajar, entrar en contacto con los medios más globalizados de comunicación. Es, claramente, resultado de las perversidades del Mundo contemporáneo y su sistema falsamente globalizado. Esta clase media mundial, que no deja de ser muy reducida, es una de las beneficiadas, sin duda. Pero la gran mayoría de la población ha empobrecido y se ha aislado cada vez más de ese mundo exterior, porque los contactos que tiene son más bien etéreos: cine, football y consumo.
Para terminar, sólo quiero aclarar que no es mi objetivo defender a muerte a esta clase media mundial como una especie de clase consciente, sensibilizada y con potencial de cambio. Aunque sí creo que muchos de sus individuos tienen esas posibilidades, no debemos dejar de evidenciar que dentro de esas clases medias mundiales también hay muchos individualistas, sin escrúpulos, demasiado liberales y muy dirigidos a sus intereses propios: consumistas empedernidos con aspiraciones de riqueza más que de desarrollo global; sujetos obsesionados con la acumulación de riquezas y escalar en la pirámide de los estatus sociales. Sí creo que de forma muy general estas cosas se pueden politizar entre izquierda y derecha. Hay clases medias mundiales muy de derecha, tanto en términos sociales (conservadores) como políticos (demasiado liberales). Pero también, como decía antes, están los de izquierda, los mundializados globalifóbicos, los que critican al sistema (a la vez que siguen -seguimos- participando en sus vicios), los que hablan de justicia social, de reparto equitativo de la riqueza, de derechos humanos...
En fin. Esto se ha convertido en un tema que comienza a apasionarme, aunque lo único que hago es especular al respecto.
Ese no es el punto. Quisiera que habláramos un poco de las poblaciones urbanas en el Mundo. No importa qué tanto tengan en común países como estos en términos nacionales o políticos. Lo que me importa es lo que tienen en común algunos de los sectores de su población que intentaré caracterizar como clases medias mundiales. Me explico. Para algunas instituciones financieras internacionales un sujeto o una familia corresponden a la clase media nacional cuando pueden destinar más de una tercera parte de su ingreso a actividades y consumos que trascienden las necesidades básicas de alimento, techo y vestido. Es una definición muy burda y simplista, pero es la que se utiliza para medir los avances o retrocesos en materia de combate a la pobreza entre estos círculos institucionales del capitalismo liberal moderno. Como podrán haberlo pensado, esto no tiene mucha comparación entre países. El nivel de ingreso y el costo de la vida en Gran Bretaña implica que alguien que sea clase media nacional (con un ingreso 33% más alto de lo que necesita para su sustento básico) sea mucho más rico en términos del costo de la vida en Mozambique. El caso es que son definiciones poco claras y poco útiles para comparar niveles de riqueza, consumo, ingreso y bienestar entre países.
Por su parte, las clases medias mundiales son aquellas que empatan sus modos de vida con los de otras clases medias mundiales. Se trata de individuos y familias que comparten ciertos patrones de consumo, de ocio, educación, de trabajo y de desarrollo integral. Difícilmente son considerados clases medias en los países más pobres del Mundo: imaginen Lesotho, un país paupérrimo del Sur de África en el que aquéllos que buscan niveles de vida similares a los de la media europea necesitan no sólo de grandes ingresos sino de posiciones laborales/sociales mucho más elevadas (son políticos o empresarios, por ejemplo), lo cual implica que, en la descripción de clase media como pequeña burguesía, estos sectores no caben.
En países de ingreso medio como los tres del título estas clases medias pueden seguir siéndolo pero sí gozan de un ingreso mucho mayor al de la media nacional. En términos nacionales (por ejemplo, en México), estos sectores son las "clases medias altas". Se trata de personas con facilidades tales como viajes, casa y carro, educación universitaria, empleo estable (profesiones liberales o en universidades, gobierno, empresas bien enraizadas) y que participan en actividades sociales, políticas y económicas que en ocasiones pueden ser semejantes a las de las clases altas o al de otras clases medias. Por un lado, conciertos, vacaciones en Cancún, o en Europa, librerías fresas de Quevedo, carros europeos (calma, pueden ser "baratos" como los franceses), vinos, parmesano y aceite de oliva en la mesa. Por el otro, sus familias pueden ser todavía más tradicionales, de la Escandón o de Portales, de Colima o de Hidalgo, puede ser que todavía compren en mercados de barrio, que asistan a mítines políticos de "la chusma" o que viajen a Ixtapa, Oaxtepec o Morelia. Como es obvio mis ejemplos son mexicanos porque no sé dónde vacacionen los intelectuales de Istambul o de Bangok, sólo asumo que pueden ser patrones similares por los niveles de ingreso y de desarrollo (wathever it means) que estos países comparten.
En los países ricos queda clara su condición de clases medias (desde bajas hasta altas). Los jóvenes son mochileros, juegan videojuegos, hacen voluntariado, se enrolan en las filas de las transnacionales; los grandes trabajan en ONG's, Bancos, Universidades, gobiernos, empresas... En los países ricos los ricos son muy ricos (imaginen la escena típica de la aristocracia británica en Gloucestershire, monóculo, tenis y caballos) y muy evidentes; los pobres son los que se confunden, en ocasiones, con las clases medias (y si comparáramos sus niveles de ingreso con los de países como México o Turquía, entonces sí serían clases medias).
En suma, estas clases medias mundiales están mucho más relacionadas entre si que con otras clases de sus propias sociedades locales. Pese a que sus integrantes pueden ser muy distintos en términos de gustos, intereses, ideas, posición política, consumo, ocio, educación y perspectivas del futuro, por lo general una chava de la clase media mundial de Bucarest que va a la universidad y ha viajado un par de veces a Alemania o Italia puede, sin problemas, relacionarse con un chavo de Buenos Aires que haga más o menos lo mismo. Los medios de comunicación son similares, los temas de conversación surgen sin mayor problema. En general se trata de gente con gran facilidad para entablar relaciones y contactos, con cierta avidez de descubrir y conocer algo nuevo. Ese algo, mientras más mundial, más interesante. Ya hablaba yo de la mundialidad globalifóbica y de la relevacia que tiene el contacto globalizado entre individuos para criticar las perversidades de esa globalización.
Entonces, ¿qué tienen en común un mexicano, un tailandés y un turco? Pues depende. Si se trata de sujetos urbanos de clase media mundial, tienen muchísimo en común. Actividades, intereses, facilidad para opinar, para formarse un criterio y entablar contactos y relaciones. Si se trata de sujetos de la clase alta, empresarial y política, no me extrañaría que fueran altaneros, soberbios y consumistas sin escrúpulos. Si fueran campesinos, obreros o, en general, clases bajas urbanas, difícilmente tendrían algo en común (además de su miseria y sus precarios niveles de vida): difícilmente han tenido contactos con gente de otros países y de otros medios, difícilemente podrían ellos mismos viajar, entrar en contacto con los medios más globalizados de comunicación. Es, claramente, resultado de las perversidades del Mundo contemporáneo y su sistema falsamente globalizado. Esta clase media mundial, que no deja de ser muy reducida, es una de las beneficiadas, sin duda. Pero la gran mayoría de la población ha empobrecido y se ha aislado cada vez más de ese mundo exterior, porque los contactos que tiene son más bien etéreos: cine, football y consumo.
Para terminar, sólo quiero aclarar que no es mi objetivo defender a muerte a esta clase media mundial como una especie de clase consciente, sensibilizada y con potencial de cambio. Aunque sí creo que muchos de sus individuos tienen esas posibilidades, no debemos dejar de evidenciar que dentro de esas clases medias mundiales también hay muchos individualistas, sin escrúpulos, demasiado liberales y muy dirigidos a sus intereses propios: consumistas empedernidos con aspiraciones de riqueza más que de desarrollo global; sujetos obsesionados con la acumulación de riquezas y escalar en la pirámide de los estatus sociales. Sí creo que de forma muy general estas cosas se pueden politizar entre izquierda y derecha. Hay clases medias mundiales muy de derecha, tanto en términos sociales (conservadores) como políticos (demasiado liberales). Pero también, como decía antes, están los de izquierda, los mundializados globalifóbicos, los que critican al sistema (a la vez que siguen -seguimos- participando en sus vicios), los que hablan de justicia social, de reparto equitativo de la riqueza, de derechos humanos...
En fin. Esto se ha convertido en un tema que comienza a apasionarme, aunque lo único que hago es especular al respecto.
1 comentario:
Hijoles, ora sí estuvo más difícil el hilo narrativo del texto. Sobre todo teniendo en cuenta que la primera vez que le eché un ojo fue como a las cuatro de la mañana.
En fin, recuerdo que una de mis primeras clases con Meyer en primer semestre puso un ejemplo parecido. Si ponen en un cuarto a un japonés de clase media, a un campesino japonés, a una mexicano de clase media y a un campesino mexicano juntos, es muy probable que el único que esté completamente excluido sea el campesino mexicano. Los individuos de clase media quizá sepan un poco de inglés y charlen. Los dos japoneses, aunque de distintos estratos sociales, quizá tengan más afinidades por cuestión de cultura, idioma, valores, etc. Pero el mexicano de clase media y el campesino mexicano quizá apenas podrán hablar.
Bueno, ya sabes, muy de Meyer.
Espero otro post más concreto de por qué te apasiona el tema.
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