Una vez más las fuerzas de la cibernética han vencido a este pobre hombre. Le han obligado a perderse en el extraño mundo de los bloggs (como si el espacio en MSN no fuese suficiente).
Ha perdido la identidad terrena y ha ganado un nombre (ingenioso) en el ciberespacio.
Es una muerte lenta, muy lenta.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
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